lunes, 7 de octubre de 2013

De La Última de Feria de Otoño


Paseíllo en Las Ventas




Lleno absoluto en la plaza de toros de Las Ventas, ni un alma cabía para asistir a esta última tarde de la Feria de Otoño. Y es que la expectación era máxima, dado los protagonistas que se daban cita en ella. De un lado, los albaserradas de Adolfo Martín, toros siempre queridos por la afición venteña. De otro lado, Ferrera, Castaño y su extraordinaria cuadrilla, pero sobre todo Iván Fandiño, maestro de Orduña y torero de Madrid. 

Abría la tarde un toro cárdeno de 497 kilos, muy en saltillo, veleto y de nombre Escribiente. Adolfo Marín presentó una corrida muy desigual, con una clara diferenciación entre los tres primeros y los tres segundos.
Muy Asaltillada, algunos se taparon por la cara.

Primer cárdeno de la tarde
Ferrera lo saludó en el centro, y estuvo firme con el capote, dejando muestras de torería y sobre todo, asentando las bases de lo que sería la faena.

Ferrera con la capa

Ya en el caballo, el toro se arrancó a su primera vara tomando un puyazo trasero, Mal, muy mal estuvo el varilargo Alonso Sánchez, que se llevó como es costumbre el tradicional “qué malo eres” que desde el 7 y parte del 6 se les dedica a los caballistas con poca pericia.

Arrancándose al caballo
Ferrera parando al morlaco
Como es ya habitual en el extremeño, se lanzó a poner banderillas. En el primer par el torero comenzó tarde el viaje. En el segundo Ferrera salió  desde el tercio y se fue a buscar al toro al centro, pero acabó cruzándose al pitón derecho. El tercer par lo colocó en el tercio entrando hacia dentro. Esos alardes de parar al toro con la mano en la testuz no es que no me gusten, es que me ofenden, y más cuando el animal va justito de fuerzas.
Ya en la faena de muleta, empezó con la izquierda en el centro, pero el toro, ya casi sin fuerzas, le protestaba y se paraba. Con la derecha tampoco hubo suerte, el Adolfo se quedaba en el embroque y le echaba miradas que infundían como mínimo respeto. Algún susto dio por los arreones de valor del extremeño, que venía a lo que venía, a aprovechar su oportunidad en Madrid. Pero poco o nada había ya en ese toro. Terminó con una estocada casi entera.

Arrastrando el hocico
El segundo de la tarde fue un toro cárdeno bragado y meano, de nombre Baratero y con 496 kilos según la tablilla. La ilusión que crea la cuadrilla de Javier había hecho que al romper el paseíllo parte de la afición pidiese que salieran a saludar, pero los que salieron fueron los diestros. En fin, esas cosas extrañas que tiene la tauromaquia. Era un toro veleto, estrecho de sienes y con el que Javier Castaño no se acabó de sentir cómodo en el capote.

Baratero
Picando trasero

Ya en el tercio de varas, Tito Sandoval no tuvo la suerte de cara picando caído y trasero.

Cierto es que nadie hace la suerte hoy en día como él.

Por ello este tipo de errores no se tienen en cuenta cuando las cosas se hacen bien y con disposición.







Por eso esta año ha supuesto la consagración definitiva de la cuadrilla de Javier Castaño.

Esto ha supuesto que en todas las ferias toristas haya entrado el Salmantino en los carteles, sobre todo en Francia, donde este tercio cobra la importancia que realmente tiene y que en España no se le da.



En banderillas, David Adalid se llevó la ovación de la afición antes de poner el primer par tras la cogida en Nimes. Y es que Adalid es mucho Adalid. Colocó dos pares de órdago por el derecho, y su compañero

Adalid en su primer par
Fernando Sánchez, otra joya al servicio de Castaño, hizo gala del paso marcial que tanto le caracteriza y colocó un par soberbio.

Fernando Sánchez
Desmonterando

Ovación cerrada para ambos toreros de plata, que desmonteraron.

También destacar a Marco Galán con la capa, soberbio como siempre y un quite a la verónica de Fandiño.

Contar con una cuadrilla así es un lujo y veremos cuánto dura esta unión, en vistas de la falta de éxitos de Javier Castaño.




Llegados a este punto, el toro se apagó con una vela y no quería pelea. Castaño lo intentó por el izquierdo, pero se paraba constantemente. No humillaba y calamocheaba en exceso.

Por el derecho tampoco iba la cosa, no pasaba ni a rastras, y solo le quedaba la opción de matarlo. Y tampoco estuvo fino con los aceros, problema que se repite con demasiada frecuencia. Tras un pinchazo y un feo bajonazo, mató en el segundo descabello.


El tercero de la tarde, el más pequeño de la corrida, era un toro negro entrepelado bragado y meano. Dio en la báscula 475 kilos y respondía al nombre de Murciano.

Saliendo de toriles
Un toro cornipaso y que rozaba lo mínimo exigido en Madrid. Desde el inicio manseó constantemente y no quería saber nada de la faena. En el caballo no se le vio, y cuando entraba, salía suelto. Banderillas tampoco quería el Adolfo.

Toro de Adolfo Martín

Llegados ya a la faena de muleta, Iván se armó de paciencia y torería para sacarle algo al animal. Buscó siempre la rectitud en el cite, siempre con la verdad y la pureza por delante. Pero no había nada de dónde sacar.

Por el izquierdo iba con la cara por arriba y por el derecho no tenía un pase. Voluntad y tesón para cuajar algunos muletazos, pero sin que hubiese transmisión alguna.



A la vista de esto, se fue Iván a la espada, pero se atascó en un mar de desesperación, quizás por verse perdiendo otra oportunidad de abrir la Puerta Grande en Madrid, de lo poco que se le resiste al de Orduña.
Las prisas y los nervios no son buenos compañeros en ninguna profesión, pero menos en la de torero.



Ya en el ecuador de la tarde y sin haber visto nada importante, salió el cuarto toro de la tarde. Madroñito se llamaba el astado negro entrepelado de 566 kilos, alto de agujas y que hacía el segundo del lote de Ferrera. Con el capote el extremeño anduvo fino, buscando en todo momento al toro, capotazos sueltos sí, pero cargados de emoción. Estiló verónicas y chicuelinas.

El toro con más kilos de la tarde y que resultó el mejor





Mal picado el toro en el tercio de varas protagonizado por Dionisio Grilo, tercio del que ya nadie quiere hablar, bien por desconocimiento, bien por complejo o vaya usted a saber qué. Muy bien Antonio sacando al toro del caballo y haciendo el quite, algo que hace tiempo que no se veía.

En banderillas de nuevo se arrancó Ferrera, sacando el capote en el primer par y poniéndolo en suerte. En el segundo fue por dentro y acabó cogiendo el toro el capote, y es que entre tanto efectismo se acabó perdiendo Antonio que marró el par poniendo primero una y la segunda al relance. En el tercer par quiso salir del charco en el que se estaba metiendo y ahí se fue al hilo de las tablas y poniendo al quiebro, lo que le valió el reconocimiento del público.

Ferrera luciéndose en exceso en banderillas
En la muleta Ferrera se arrancó a torear al natural con la derecha, sacó buenos derechazos muy templados y algunos naturales de bonita factura, toreando por bajo. El manso animal ayudó con una embestida lenta y dejándose de menos a más. Bajo mi punto de vista le faltó profundidad, pero fue una faena bien trabajada.




Falló en su primer encuentro con el burel, y cobró una buena estocada en su segundo intento a la que acompañó posteriormente de tres naturales antes de que el toro cayese a los pies del diestro colocado sobre el estribo.

Petición mayoritaria y concesión de una oreja que algunos protestaron, los menos, todo hay que decirlo.

Y es que en estos de los toros es casi imposible poner a todos de acuerdo.

Paseando con orgullo su triunfo

Carpintero
De quinto hizo Carpintero, un toro cárdeno de 515 kilos con el que debía batirse el cobre Javier Castaño.

No tuvo suerte en su lote el leonés, aunque salmantino de adopción, que no estuvo cómodo con ninguno de sus dos toros ni tuvo recursos para superar las dificultades que presentaban.

No se dejó el toro ni un capotazo.



Para colmo de males tampoco hubo suerte en el tercio de varas, fallando Sánchez en el puyazo. No era la tarde.

No fue la tarde de los varilargos de la cuadrilla de Castaño

Menos mal que ahí andan siempre dispuestos Fernando y David, David y Fernando, para arrancar la ovación de la afición ante la pureza de sus pares de banderillas. Y eso que Adalid falló su primer par, algo inédito y de lo que acabó desquitándose al instante. Sánchez no se quedó a la zaga y de nuevo el coso venteño pidió el saludo de ambos banderilleros.


En la muleta no tenía nada que hacer Javier, no tenía un pase el descastado Adolfo, que ya desde el inicio había dejado claro que esto no iba con él.

Por si fuera poco tampoco estuvo fino en la suerte suprema, dos pinchazos y media estocada, y lleva ya una racha preocupante. Esperemos que para la temporada que viene haya dado un giro al asunto.

Desesperación de Castaño al que no acompañó el lote
Cerró la tarde Iván Fandiño con un cárdeno oscuro de 534 kilos y de nombre Madroño. Un toro andarín pero reservón, que no se vio en el capote.

Madroño
Tampoco en varas Pepe Aguado estuvo fino, y además el toro tampoco quería pelea. No hubo lucimiento en banderillas ni de Lara ni de Jarocho.

Por no haber no hubo ni en la muleta. El toro embestía a media altura y sin fuelle alguno. Fandiño, bien colocado, se jugaba los mulsos en cada muletazo que le sacaba al animal. Todo empeño y pureza, pero si no hay toro, difícilmente se pueden hacer las cosas. Algunos momentos al natural pero sueltos, todo sin ligazón, y sin poder transmitir la emoción a los tendidos. 

Fandiño exponiendo
Comentaba alguno al finalizar la tarde, que ese toro era de haberse lanzado a él con la muleta en la izquierda, que era el pitón, y haberle sacado 3 o cuatro series (si es que las tenía). A toro pasado todo es más fácil. Lo cierto es que Iván expuso, lo intentó y se la jugó tragando con embestidas muy feas de un animal que no tenía un ápice de casta ni fuerza.

Tarde de decepción tanto por las expectativas creadas sobre todo con Iván Fandiño, como por el pobre juego de los toros que trajo Don Adolfo Martín a Madrid. Mucha leña no esconde la ausencia de casta y la falta de trapío de alguno de los toros.

Lo mejor, el lleno absoluto en pleno Octubre. 24.000 personas dándose cita en Las Ventas para despedir la Feria de Otoño, y todo esto, sin figuras de postín. Ni falta que hace.

Plaza de toros de Las Ventas

lunes, 30 de septiembre de 2013

Sobre la novillada concurso en Las Ventas

Novillada concurso de ganaderías en la Plaza de toros de Las Ventas que ponía fin al ciclo de encastes necesarios para la Fiesta. Habrá gente que desprecie este tipo de festejos, con el vago razonamiento de la dureza o las complicaciones que puede presentar este tipo de encastes, pero esto es así señores, nadie dijo que fuese fácil, y por supuesto, la posibilidad de poder disfrutar de algo que no sea Domecq, siempre es un placer para el aficionado, por no hablar del apoyo que debemos prestar a aquellos ganaderos que se atreven, a día de hoy, a seguir preservando estas sangres contra viento y marea.

Tarde que amenazaba con lluvia y que finalmente se convirtió en noche bastante fresca y con un molesto aire que helaba la plaza. Tarde donde estaban anunciadas reses de las ganaderías de Juan Luis Fraile (Graciliano-Santa Coloma), Sánchez Cobaleda (Vega-Villar), José Joaquín Moreno de Silva (Saltillo), Manuel Quintas (Vicente Martínez - Jijón), Paloma Sánchez-Rico de Terrones (Clairac-Gamero Civico) y La Interrogación (Coquilla-Santa Coloma), para los novilleros Francisco Pajares (Extremadura), Jesús Fernández (Cataluña), que hace su segundo paseíllo este año en Madrid, y Alberto Escobar (Madrid). Y una tarde que finalmente quedó desierta de ganador por decisión del jurado, un año más.

Novillo de Juan Luis Fraile
Entrando al caballo
Abrió la plaza un negro Graciliano de Juan Luis Fraile y de nombre Garbancito. Un novillo encastado, serio y duro que presentaba ciertas complicaciones y sin gana alguna de humillar. 

Entró 3 veces al caballo, de menos a más, entre lo distraído de la primera vara a emplearse con cierta gana en la última que se arrancó de lejos. 

Anduvo bien Paco María, que se llevó el reconocimiento de la afición. En banderillas resultó protestón y siempre con la cara alta. 

Ya en la faena de muleta, entre los derrotes, el viento y la muleta muy atrás, el de Fraile se acabó orientando y dejando momentos de mucha tensión. Finalmente tras un primer pinchazo, cobró Francisco Pajares una estocada tendida.

Pajares con el Graciliano de Fraile
En segundo lugar salía un precioso novillo de Sánchez Cobaleda, una pintura que fue ovacionada nada más salir por la puerta de chiqueros, y con razón. Qué emocionante es ver un Vega-Villar en Las Ventas. De nombre Batanerillo. Negro bragado, lucero y calcetero, bien armado y astifino, de lámina muy similar a La de aquellos toros de Luciano Cobaleda que eran símbolo de casta y que sembraron el pánico a mediados de la década de los 70.

Imponente arboladura del Patasblancas


En la pelea en el caballo

Manso encastado y con fiereza. Estuvo muy vivo en el inicio, atendiendo como un poseso a los toques, pendiente de todo y de todos, aunque echando las manos por delante. 

En varas se empleó bien en su primero puyazo, algo trasero, pero se desentendió en el resto, hasta el punto de tener que colocarlo en varias ocasiones, e incluso tener que ir Manuel Bernal a él pasando la raya. 

En la muleta, el imponente patasblancas se complicó, y fue desarrollando cada vez más peligro, ante la faena sin demasiado sentido que planteaba Jesús Fernández, más voluntarioso que cabal. Es de agradecer el pundonor pero si no va acompañado de lógica, acaba ocurriendo lo que ocurrió, Fernández lanzado por los aires. Suerte que no lo cogió bien. Y es que si algo va mal, acabará peor. Y así fue a la hora de matar, ya que tras un feo espadazo se hizo un lío en el descabello. 

Recuerdo de aquellos toros de Luciano Cobaleda


Novillo de Moreno Silva
Hizo de tercero un cárdeno Saltillo de Moreno Silva que rebasaba los 500 kilos según la tablilla y que respondía al nombre de Morisqueño. 

Le tocaba lidiarlo a Alberto Escobar. En el caballo el animal anduvo distraído, siempre derrotando y saliendo suelto. 

No hubo mucha más historia en el resto. En banderillas siguió con la misma tónica de desidia, para llegar al último tercio sin fuerzas. 


No se empleó demasiado el saltillo


El manso y descastado novillo tuvo una faena de muleta absolutamente anodina, con un Escobar muy precavido, que acabó con una estocada trasera y tendida.

Distraído durante toda la lidia
En cuarto lugar salió un imponente novillo de Manuel Quintas. Pelotera se llamaba el berrendo en negro aparejado, de gran caja y seriedad y poderoso por delante, que fue ovacionado de salida. 

Precioso Martínez de Quintas

Como un obús iba aunque salía suelto de los lances. Pintaba bien la cosa, y se especulaba con su triunfo hasta que en un garrafal error, hizo que el novillo acabase arreando al caballo en la querencia. Para colmo el varilargo se ensañó incomprensiblemente con el animal.  

A pesar de todo el despropósito y el castigo, el de Quintas tomó hasta un tercer puyazo, aunque ya se había perdido cualquier opción.

Berrendo propio de este encaste

Pésima actuación de Pajares en la dirección de la lidia, que se prolongó en la muleta con una eternidad de pases sin sentido ante un animal que calamocheaba en sus embestidas y que ya no tenía nada que ofrecer tras un vergonzoso tercio de varas. 

Por si fuera poco, estuvo mal con los aceros. Alguno pitos para el novillero y aplausos para el animal en el arrastre, en reconocimiento a lo que pudo ser y no fue. 



Ya sin fuerzas por el abuso del varilargo
Gamero-Cívico línea Clairac
Fumisto se llamaba el quinto novillo de Paloma Sánchez-Rico. Negro listón chorreado era este Gamero Cívico de preciosas hechuras y que tuvo el reconocimiento de la afición de salida. Esto cambió pronto tras ver cómo salía suelto de los lances y cómo buscaba tablas. Se arrancó de cerca en su primera entrada a caballo y volvió a por la segunda tras salir suelto, quedándose sin picar en esta con buen criterio del varilargo. Una última vara muy bien ejecutada por Antonio García, permitió ver al novillo cumplir un mínimo en el caballo. Se dolió en banderillas y en la muleta anduvo parado y reservón, siempre mirando. Protestaba y se defendía con violencia el de Terrones, que no permitía un pase. Fernández volvió a estar valiente, y esta vez, poco o nada podía hacer ante un ejemplar así.

El último novillo de la tarde fue el de la Interrogación, ganadería salmantina de encaste Santa-Coloma línea Coquilla. De nombre Potrero, el de más kilos de la tarde, este negro novillo tenía fuerza y repetición. 

El novillo de la tarde
Peleando en varas
Se arrancó hasta 4 veces al caballo, de menos a más, apretando en el peto abajo. Cada vez desde más lejos, como en la tercera, en la que empotró al caballo en la barrera, como también sucedería en la cuarta, donde empujó con fuerza hasta desmontar. Perdió un poco de fuelle en banderillas, y ya en el último tercio, Escobar, que carece de la experiencia y el conocimiento para lidiar un animal así, se sentó en el estribo y acabó llevando al novillo directamente a impactar en las tablas de forma muy fea. 

A pesar de eso, el novillo se repuso sacando a relucir la casta con unas embestidas por el izquierdo, que el novillero no sabía cómo afrontarlas. Tampoco por el derecho pareció entenderlo y tiró de espada en cuanto tuvo la mínima ocasión. Novillo desaprovechado totalmente. Claro, que tampoco se le puede echar la culpa al chaval, el más joven de la terna. Cuentan que la empresa había ofrecido esta tarde a novilleros más curtidos que aspiran a ser figuras por la vía rápida, y que rechazaron rotundamente el tener algo que ver con estos encastes.

Por último, hay que agradecer a los ganaderos y los veedores la selección de los novillos, todos perfectamente presentados y un referente de sus encastes. Los aficionados se merecen más tardes como estas, donde poder disfrutar de la variedad que ofrece el campo bravo y donde poder echar un capote a aquellas ganaderías que con tanto esmero, dedicación y sufrimiento crían estos hermosos animales.













lunes, 3 de junio de 2013

Una Corrida Concurso En Ledesma

Domingo 2 de Junio de 2013, 17:45 de la tarde en la plaza de toros de Ledesma, Salamanca. Corrida concurso con las ganaderías del campo charro de Antonio Palla, El Vellosino, Pedraza de Yeltes, El Pilar, Puerto de San Lorenzo, Adelaida Rodríguez, Caridad Cobaleda y San Mateo (antes Gutiérrez Lorenzo), para los diestros López Chaves, Javier Castaño, Eduardo Gallo y Pedro Gutiérrez "El Capea". 

Haciendo el paseíllo bajo la mirada del público

Abría la plaza un precioso toro colorado de la ganadería de Antonio Palla, un cinqueño de procedencia Jandilla de 502 kilos y de nombre "Murciano", y al que López Chaves recibió con una arriesgada larga cambiada. Muy valiente para presentarse ante sus paisanos. 

Recibiendo con una larga cambiada


Toro de Palla entrando al caballo

 En el caballo no se empleó, aunque nos dejó algún momento de bella factura. . 

En la faena de muleta anduvo muy firme el torero, muy tremendista, explotando el repetidor pitón derecho de un animal noble y que escaseó de fuerzas. Por el izquierdo la cosa cambiaba, quedándose corto constantemente y protestando. Se arrimó de lo lindo el de Ledesma que tras un pinchazo, ejecutó una buena estocada, llevándose la primera oreja de la tarde.


López Chaves

Javier Castaño llegaba a Ledesma tras el rotundo éxito de su cuadrilla en Las Ventas el día anterior ante los toros de Cuadri. Expectación máxima ante el que se ha consagrado como maestro, indispensable en las corridas toristas de Francia y el Norte de España. Llegaba Castaño lesionado en su mano derecha tras sufrir una cornada por parte de uno de los Adolfos con los que se vio el jueves pasado en Madrid. Un toro negro del Vellosino, de encaste Domecq de 520 kilos fue el que le tocó. Bien presentado y con seriedad, el maestro nacido en León salió a todo con él.


Toro de El Vellosino

Lo puso hasta cuatro veces en el caballo, aunque el toro, falto de casta y bravura, no se emplease apenas en el peto. En la muleta Castaño le dio su espacio y su tiempo al toro, que venía con las fuerzas justas, y nos dejó algunos derechazos de bella factura. Terminó con una estocada en la suerte de recibir, algo que le valió una oreja de ley.


Pitón izquierdo enganchado al peto

Un toro castaño y encastado, de 510 kilos, y bizco de pitones era el de Pedraza de Yeltes, procedencia El Pilar, que le correspondió a Gallo.
  
Toro de Pedraza de Yeltes


  Respondiendo al nombre de "Potrillo", causó el pánico en varas al derribar y cornear en el cuello al caballo, ante la falta de pericia de la cuadrilla, que las pasó canutas para hacerse con el animal.

Corneando al caballo
 La plaza contenía la respiración cada vez que el toro apuntaba al jaco. Finalmente consiguieron levantarlo y sacarlo de la plaza. 


Taponando la herida con la camiseta, levantan al caballo
 El toro ya no tuvo fijeza alguna, ni humilló en la muleta. Acabó marchando a las tablas donde Gallo le sacó algún muletazo que otro con más pena que gloria. Una estocada casi entera no valió para que el animal cayese, y al igual que en varas, desorden y desatino a la hora de descabellar al toro.


Gallo entrando a matar

Saltó en 4º lugar un buen toro de la ganadería de el Pilar, de procedencia Domecq. Mítica ganadería charra que nos obsequió con un animal colorado de buenas hechuras.


Toro de El Pilar sobre el capote de Capea
 Se arrancó con alegría al caballo y se empleó con la fuerza de sus 520 kilos. Aunque mal picado por el varilargo, se vio bravura en el animal. En la muleta fue una perita en dulce, embistiendo con fijeza.


Empujando en el caballo
 Tenía aguante el toro, pero el viento no permitió al Capea realizar la faena que merecía tal toro. Una buena estocada y oreja para el diestro. Una pena que no se pudiera haber visto más y mejor a un buen toro que fue ovacionado en el arrastre.


Capea en la faena de muleta

El 5º de la tarde, el 2º de López Chaves, era un bonito Lisardo negro de Puerto de San Lorenzo que dio en báscula 502 kilos. Siempre es gratificante poder ver toros de este tipo de encastes.
  
Toro de Puerto de San Lorenzo


Tuvo un vibrante inicio de faena, tomando 3 puyazos el animal y haciendo ver por momentos la historia de bravura de la ganadería, que la llevó a ser merecedora del azulejo a la corrida más completa de la Feria de San Isidro en el año 2010. El aplauso del público fue unánime.


Arrancándose al caballo
 Tras banderillas el animal empezó a flojear, recordando los problemas de fuerzas de esta ganadería durante la década del 2000, y obligando al Ledesmino a tirar de oficio. Finalmente, tras una buena estocada, se llevó el segundo trofeo.


Mirando con fiereza a su oponente

Javier Castaño tuvo como 2º toro un Lisardo de la ganadería de Adelaida Rodríguez, ganadería que este año tiene reservado un imponente lote para la Semana Grande de Bilbao. Era un toro negro de 520 kilos y de nombre "Profesor".
  
Saliendo de Toriles


Lo mandó hasta 3 veces al caballo. Pero el toro, que parecía lesionado, no pudo verse bien. Una verdadera lástima pues muchos éramos los que esperábamos un gran toro. En banderillas lucieron como siempre, David Adalid y Fernando Sánchez, que se llevó el premio al mejor par. 

Tito Sandoval picando al toro
 Para la muleta, el toro no estaba en condiciones, resultando muy difícil sacarle algo. Javier tuvo que tirar de paciencia y oficio para poder sacarle algo. Tras dos pinchazos, la cosa acabó con ovación del público de Ledesma a la entrega del diestro.


Castaño preparándose con los aceros


Toro de Caridad Cobaleda
 Le tocó a Eduardo Gallo el toro que llevaba esperando toda la tarde, el de Caridad Cobaleda, de encaste Urcola. 

Un toro bragado y calcetero, un tío de serio. Precioso. Su nombre, "Bratero". Su peso, 525 kilos. 

Perfectamente presentado, de imponentes hechuras. Estas sangres son los que se echan de menos en ferias importantes, donde el monoencaste tiene casi el monopolio. 



Soberbia presentación



Se arrancó bien al caballo, empujando con fuerza, apretando, metiendo los riñones. En la faena de muleta embistió con fuerza al principio. Pronto desarrolló peligro el animal, parándose y fijando la mirada en los muslos del diestro. 







Gallo estuvo firme con él, le sacó pases de extrema dificultad, y se arrimó obviando el peligro por completo, con algún pequeño susto incluido. Mató a la segunda, tras un pinchazo, lo que le privó de triunfo gordo. Una oreja y premio a la mejor faena de la tarde.


El último que salía era de Gutiérrez Lorenzo (San Mateo), procedencia Murube-Urquijo, y que acabó premiado como el mejor toro de la tarde. Bien presentado, serio y con cuajo, de nombre "Bailador".


Toro triunfador de la tarde
Derribó al caballo a las primera de cambio, estando esta vez la cuadrilla más atenta y evitando percances como en el 3º. Bien con la muleta El Capea, con ganas de triunfo. Por el derecho estuvo firme. Probó por el izquierdo y el toro iba a menos. Pinchazo y estocada, que acabó con la concesión de la oreja. 


Los premios fueron los siguientes: 
Mejor toro: San Mateo. 
Mejor faena: Eduardo Gallo con el toro de Caridad Cobaleda.
Mejor par de banderillas: Fernando Sánchez, de la cuadrilla de Castaño.
Mejor puyazo: José Manuel, de la cuadrilla de López Chaves

Una gran tarde de toros en la que pudimos disfrutar de la variedad del campo bravo salmantino gracias al empeño y esfuerzo de mis amigos, los empresarios taurinos José Ignacio Cascón y Luis Felipe Martín, a los que aprovecho para agradecer el trato dispensado y la excelennte organización.