domingo, 15 de junio de 2014

De La Visita a la Ganadería de Baltasar Ibán


En el término municipal de El Escorial, allá donde Felipe II mandó erguir el majestuoso Monasterio de San Lorenzo, una imponente finca de 700 hectáreas se extiende bajo la ladera de la sierra madrileña, y en la cual se esconde el Cortijo Wellington, reino de la bravura con mayúsculas, la bravura de los toros de Baltasar Ibán.

Novillos de Ibán con la sierra de Guadarrama como inmejorable fondo
Un breve repaso a la historia de esta brava ganadería, nos sitúa en León, donde nace D. Baltasar Ibán Valdés, un joven emprendedor que acabó haciendo fortuna tras la Guerra Civil gracias a sus compañías de transporte. En unos pocos años su éxito fue tal que acabó inaugurando el famoso Hotel Wellington, lugar emblemático de Madrid y uno de los centros neurálgicos del toreo durante la Feria de San Isidro.

Apenas 5 años más tarde, en 1957, le compra su ganadería y su finca a D. Manuel González "Machaquito". Esta finca, junto con la colindante El Campillo, formarán el conocido Cortijo Wellington, hábitat de las reses del encaste Contreras.

Un Encaste que se remonta a principios del siglo XX, cuando Don Juan Contreras adquiere parte de la ganadería de la Viuda de Murube. Es en 1912 cuando se presenta en Madrid con una novillada del gusto de los aficionados. Apenas duraría unos pocos años el idilio, ya que en 1920 la ganadería es vendida por problemas económicos y familiares. El grueso de la manada y el hierro con forma de espuela va a Don Juan Sánchez Sánchez, mientras que un pequeño pero selecto hato de vacas acaba en manos de los hermanos Sánchez Rico, cuyo padre ya había adquirido años antes sementales y vacas de Contreras.

Posteriormente, en 1929, Fernando Sánchez Rico, le vende su parte a D. Jerónimo Díaz Alonso, quien a su vez había adquirido vacas de D. Vicente Martínez, de procedencia Ybarra-Parladé-Jijona.
D. Jerónimo no duda en echarle sementales de Contreras a sus vacas de Martínez resultando ser un cruce magnífico.

Apenas le duraría una década la ganadería cuando en 1939, D. Manuel González "Machaquito", la adquiere por doscientas veinte mil pesetas de la época y situando a la ganadería entre las más punteras de los años 40. Finalmente sería en 1957, cuando la adquirirá D. Baltasar Ibán Valdés.

Esta nueva aventura ganadera de Don Baltasar, no le iría a la zaga al resto de sus negocios, y tras años de cosechar sus toros importantes éxitos, llegaría el día de la consagración de los "Ibanes". Sería en Madrid durante la feria de San Isidro, un 16 de mayo de 1969, cuando Camino cortaría 2 orejas y el Viti nada menos que 3, a los Contreras de Ibán.

Aunque el final de los puros Contreras estaba cerca, y la incomprensible petición de kilos y volumen hace que los toros de Baltasar Ibán, pronto empiecen a ser rechazados por "falta" de trapío y defensas, D. Baltasar Ibán había adquirido el mismo año de su gran triunfo en Madrid, los pedrajas de Pedraza de Doña María Antonia Fonseca, dejando a los sementales "Sonajero" y "Peleón", en sus tierras de la sierra madrileña, junto a un reducido hato de vacas.

A su vez, todavía pasaría unos pocos años lidiando lo puro Contreras, bajo las siniestras críticas de los defensores del gigantismo, los cuales no dudarían en protagonizar ataques de lo más despiadado contra la ganadería. Aún en plena tormenta, su nuevo proyecto empezaría a dar sus frutos, y de nuevo D. Baltasar Ibán demostraría su gran olfato para anticiparse y triunfar. De nuevo la ganadería estaba en alza.

Sería en 1975 cuando saltaran al ruedo de Castellón los Ibanes fruto del nuevo cruce, y serían todo un éxito. Un éxito que no disfrutaría D. Baltasar, ya que al año siguiente moriría de un infarto. Aunque en su testamenteo lega todos sus bienes a los jesuitas, de la ganadería se haría cargo su sobrino, D. José Manuel Moratiel Ibán, con la inestimable gestión de D. Antonio Vahamonde y el ojo experto del mayoral D. Francisco Santos.

Los éxitos no pararán de sucederse y los toros de los Herederos de Baltasar Ibán, comienzan a cobrar fama de bravos y peligrosos. Algo que en la década de los noventa los llevará a ser marginados por las figuras y mucho más, tras la tarde del 7 de Junio de 1994 en Las Ventas.

Un toro de nombre "Bastonito", protestado incomprensiblemente por parte del público por sus 501 kilos de peso, pero con casta y bravura para dar y regalar. Entró al caballo como alma que lleva el diablo y se enceló con él hasta límites que no alcanza a entender la mente humana. Sin atender a capotes Bastonito siguió apretando en banderillas, y fue un huracán en la muleta del maestro César Rincón. Un toro que en cada embestía quería cobrarse la vida del torero. Un toro de bandera. Un toro de casta. Un Toro Bravo. Pero en definitiva, un toro que hizo mucho daño a la ganadería, como nos confesaría durante nuestra visita, Domingo, el mayoral de Baltasar Ibán.

Bastonito, un toro de leyenda
Tras la muerte de D. José Luis Moratiel, seguida de la de la viuda de D. Baltasar, los sobrinos de este finalmente consiguen comprarle la ganadería, el hierro y las tierras a los jesuitas, formándose una sociedad con Dª Cristina Moratiel al frente, y D. Domingo González como nuevo mayoral, tras haber pasado los últimos años como vaquero de la ganadería. Comienza así otra nueva etapa en la ganadería, de nuevo bajo el nombre de Baltasar Ibán.

Es precisamente Domingo quien nos recibe en la finca, juanto a otro grupo de aficionados procedentes de Chiva, Valencia. Otros apasionados del Encaste Contreras. Con ellos, tenemos el placer de compartir charla con el mayoral, todo un privilegio para aquellos que queremos aprender más sobre el toro de lidia en general, y sobre el toro de Baltasar Ibán en particular. Y es que escuchándole unos instantes, uno se da cuenta del gran conocimiento que atesora este hombre sobre el toro.

Premio a la mejor ganadería de Arles. Año 2000.
Tras la pequeña charla comienza la visita a los cercados subidos en el todoterreno de Domingo, quien con sus explicaciones, hace única la experiencia. Toros, algunos para Cantalejos, otros para Francia. Novillos de bellas hechuras, visita a la placita, al palco, a los corrales, escudriñando cada rincón, intentando plasmar cada detalle, disfrutando cada momento como si fuese el último. Rememorando ilustres nombres de toros como "Provechito", "Gallito", "Espantavivos", "Desagradecido", "Saltador", "Fusilillo", "Sardinero", "Arbolario", "Barberito", "Campesino" o "Pistolero" entre otros, haciendo mención especial a "Bastonito", y sin olvidarnos de "Tomillero", un gran toro de Baltasar Ibán que saltó al ruedo tan solo unos días antes de la visita, y al que algunos consideramos como el toro de la Feria San Isidro.

Azulejos en el palco de la placita
Una gran mañana de visita ganadera, de auténtico sabor a bravura, ya que, como rezan los azulejos que coronan el palco de la plaza, "los toros de Baltasar Ibán son pequeños y bonitos, y aunque den mucho que hablar, testifico y certifico, que son bravos a rabiar".

Toros de Baltasar Ibán








 Novillos de Baltasar Ibán











Toros para Aire-sur-L'Adour (Francia)





 Placita


Por último, quisiera expresar mi agradecimiento a D. Domingo González, mayoral de la ganadería, por el exquisito y amable trato dispensado, y a mis compañeros de aventuras que disfrutaron de tan grata mañana. Hoy solo puedo decir que ojalá sigamos disfrutando años y años de la bravura de los contreras de Baltasar Ibán.



Fuente: Opus 13 Tierras Taurinas.

martes, 20 de mayo de 2014

De La Tragedia y La Gloria


Si hace tan sólo una semana tocábamos la gloria en Madrid tras las salida a hombros de Iván Fandiño por la Puerta Grande de Las Ventas, hoy nos estremecíamos con la espantosa cogida del primer toro de la tarde a David Mora. 

Un toro negro listón, de 532 kilos, 6 años de edad y de nombre Deslío que ha sembrado el pánico en los tendidos de la primera plaza del mundo, cuando ha enganchado a David Mora que recibía a portagayola. 

Y es que sin duda estamos ante una semana negra para la tauromaquia. Primero moría el forcado mexicano Eduardo del Villar. Después el torero Luis Miguel Farfán. Y hoy se ha rozado la tragedia en Las Ventas con la espeluznante cogida a David Mora, y la suspensión posterior del festejo en el segundo toro tras haber mandado a la enfermería a Antonio Nazaré y a Jiménez Fortes. Mucho ánimo a los valientes que hoy se han jugado la vida y en especial a David Mora.

Y por supuesto, el más sentido pésame a las familias de los fallecidos que dieron su vida por esta pasión, que da muchas momentos de gloria, pero por desgracia también nos ofrece el lado más trágico de la vida, el del dolor y la muerte.
  
foto www.mitaurored.com



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foto www.periodicocorreo.com.mx



foto www.feriadeltoro.net
foto www.torosenelmundo.com

miércoles, 14 de mayo de 2014

De la Corrida de Parladé en Las Ventas

Quinta tarde de la Feria. 6 toros 6 de Parladé para los diestros Manuel Jesús El Cid, Iván Fandiño y Ángel Teruel. La plaza de Las Ventas casi llena, y muchas, muchas ganas de ver si Fandiño era capaz de salir por la Puerta Grande.

Los toros de Parladé no tuvieron gran presencia ni remate ni cuajo, pero tenían buenas arboladuras y contaban con gran movilidad y sorpresa, ¡sacaron casta!

El primero de la tarde fue un toro negro listón de nombre Hampesco, con un peso de 523 kilos y que correspondió en suerte a El Cid. El toro, al que se protestó por perder las manos en más de una ocasión, apenas cumplió en el caballo y se dolió en banderillas, pero en el último tercio pareció despertar, tirando de casta ante un Cid incapaz de contener las humilladas embestidas del animal, sin transmitir absolutamente nada. Finalmente viéndose superado, y con más miedo en el cuerpo que otra cosa, enfiló la espada con desacertada precisión y acabó tras dos descabellos. Silencio en la plaza.




El segundo toro, de nombre Cabreíto, era negro y dio en báscula 514 kilos. Un toro que salió bastante suelto, que no cumplió en demasía en el caballo, pero que fue a más. Fue un toro que ofrecía complicaciones y con el que Fandiño se mostró firme. El de Orduña no se amedrantó ante los arreones del burel que ofreció ardua batalla. No fue cúlmen la faena, bien es cierto, pero un soberbio espadazo en la suerte de matar acabó inclinando la balanza a favor de Iván. Petición mayoritaria y oreja, protestada por una minoría de la plaza. Comenzaba a fraguarse la Puerta Grande.






El tercer toro, negro, de 495 kilos y que respondía al nombre de Idealista, puso en serios apuros a Teruel. El diestro no tuvo suerte en su lote, llevándose la peor parte. Empujó en el primer encuentro con el caballo, pero nada más, en el segundo ni se empleó, saliendo suelto. Teruel ofreció algunos lances de calidad, pero se le nota en exceso que no tiene confianza. Acabó matando de estocada atravesada. Silencio.



De cuarto hizo un toro negro, de 518 kilos y de nombre Gruñidor. Enfrente El Cid, que desde el primer momento anduvo incómodo, no está para estos trotes, o al menos eso parece. El toro arreó en varas con la cara por los aires. En la faena de muleta le desbordó por completo. El animal repetía con codicia y el diestro de Salteras no encontraba la manera de meterlo en cintura. Cuando se está con miedo en esta preofesión, lo mejor es dejarlo. Finalmente mató tras una media estocada. Algunos pitos en la plaza y excusas aabsurdas por parte del matador. Que si los toros no valían, que si el quite de Fandiño... Hay que tener más vergüenza torera.




En quinto lugar salía el toro del triunfo de Fandiño. Era castaño, pesaba 509 kilos y respondía al nombre de Rapiñador. Pero de rapiña poco había ahí. En el tercio de varas no lo quiso castigar el maestro de Orduña, picado bien en su primera vara, la segunda fue un conato, dejándolo crudo como a él le gustan. En banderillas destacó el buen par que colocó Miguel Martín. Ya en la muleta el animal se fue creciendo a medida que avanzaba la faena. Muy firme con la izquierda estuvo Iván, no cediendo un palmo de terreno, con esa entrega consciente del que ansía el triunfo, sabedor de rozarlo con los dedos. Se puso el traje de mando y cuajó una faena de mucha verdad. Hubo algunos remates destemplados, si. Hubo algún que otro cite al hilo, pero también es cierto que con la ventolera que había la cosa se complicaba en demasía. Tras esto, el de Orduña salió directo a por la Puerta Grande. Muleta al suelo, encunándose, ahí fue Iván armado de valor y precisión milimétrica a partes iguales, para matar entre los pitones del toro, acabando volteado por la testuz del Parladé, pero más victorioso que nunca. La plaza, que guardaba la respiración, vitoreaba aliviada el derroche de coraje del vasco. Oreja de ley y Puerta Grande para Fandiño.






Poco más ya quedaba que ofrecer cuando salió el sexto y último toro de la tarde. Otro castaño, de nombre Teatrero, que a pesar de sus 540 kilos, no tenía trapío para Las Ventas. Teruel, eclipsado ya por el triunfo del vizcaíno, aún tuvo tiempo de dejar algunos muletazos de calidad, pero de poco o nada sirvió, cuando no vienes a Madrid convencido del triunfo.



Buena tarde de toros donde Iván Fandiño consiguió por fin salir a hombros por la Puerta Grande.