viernes, 31 de enero de 2014

De La Visita a Barcial



Visita a la Ganadería de Barcial, San Pedro de Rozados, Salamanca.



Viernes, 17 de Enero de 2014, durante toda la semana ha estado lloviendo sin descanso, el barro y los charcos inundan el camino que se abre desde la carretera principal del término municipal charro de San Pedro de Rozados, y que lleva a "Barcialejo", donde pastan los machos de la mítica ganadería de "Barcial".

Novillo de Barcial

Aparcamos bajo una encina, intentando resguardarnos del viento que sopla con fuerza en la dehesa salmantina, mientras esperamos la llegada de Don Jesús Cobaleda, hijo de Don Arturo Cobaleda, quienes con su trabajo mantienen viva la llama del Encaste Vega-Villar en esta ganadería.


Toro de Barcial


El de Vega Villar es un encaste único resultante del cruce realizado por Don José Vega en 1910, de un semental de Santa Coloma, de casta Vistahermosa, con vacas de Veragua, de casta Vazqueña.


Don José Vega era un gran aficionado taurino de El Escorial, cuya pasión era ser ganadero, y lo consiguió mediante la adquisición de vacas de Veragua, famosas por su bravura y por su pelaje, compradas al XV Duque de Veragua, Don Cristobal Colón y Aguilera, y la compra al Conde de Santa Coloma, de un Utrero de nombre Cuchareto, y posteriormente de dos erales más.


Nacen de este modo unos toros que los aficionados conservarán en la memoria como los "patasblancas", debido al nombre con el que los bautizaría Don José de la Cal y Segura, por ser su característica fenotípica más común.



Son toros de poca alzada, pero de espectacular cornamenta. Presentan estos animales una cabeza más bien chata y un morrillo prominente. Sus extremidades son un poco cortas, la grupa redondeada y la cola considerablemente finas. De carnes prietas, cabeza chata y con mucha cara, infunden respeto al instante. Con multitud de pelajes, cuyas capas más características son las berrendas y las ensabanadas en negro, dándose también en colorado y en cárdenos. Las manchas blancas dan lugar a ejemplares calceteros, luceros, coliblancos, aldiblancos, facados, caretos, bragados...


Novillo de Barcial

Las hembras de este encaste suelen ser más pequeñas de tamaño y peso que la media de la raza de lidia. También suelen contar con muy poca alzada y se caracterizan por ser considerablemente cortas de tronco y extremidades. En cambio sus encornaduras, al igual que las de los machos, son espectaculares, siendo muy finas y predominando las acapachadas, corniveletas y cornidelanteras.


Siempre vigilante este novillo de Barcial

Siguiendo con la historia del encaste, cuatro años después, los hermanos Francisco y Victorio Villar, adquieren la ganadería y se llevan a Zamora. Los hermanos Villar eran famosos por su escrupulosa selección, lo que llevó a bautizar el encaste como Vega-Villar. Victorio venderá su lote a José Encinas, mientras que su hermano Francisco Villar conservará la ganadería más de una década, hasta que la venda a D. Arturo Sánchez Cobaleda en 1928.


Seriedad en su máximo esplendor


Junto a su hijo Antonio, ganadero consorte, Don Arturo instala sus reses en Terrubias y seguirá al frente de la ganadería hasta 1942, año de su muerte, continuando sus herederos con su labor hasta 1950, cuando se divide la ganadería en 5 lotes para los hermanos Ignacio, Manuel, Pilar, María y Jesús Sánchez Cobaleda. Sería este último quien anunciaría bajo el nombre de Barcial.


Vigilando por el rabillo del ojo


En los años 60, cuando Don Arturo Cobaleda hereda la ganadería, esta se encuentra en auge. Los toros Vega-Villar sn toros muy apreciados por la afición y cuentan con el apoyo de las máximas figuras de la época, que no dudaban en lidiarla, desde Bienvenida, pasando por Aparicio, Litri, o el Cordobés, siendo habituales en las grandes plazas.


Los reyes de la dehesa

Aunque ya por aquel entonces empiezan a surgir voces críticas con el peso de los patasblancas, como aquel 18 de mayo de 1960 en Las Ventas, donde hubo aficionados descontentos porque la corrida de Barcial había dado un peso medio de 490 kilos, y eso que se trataba de un cartel de lujo, con Manuel González, Antonio Ordóñez y Curro Romero, nada menos. 


Sin perdernos de vista

Poco duraría el descontento en Madrid, pues apenas 1 mes después, el 19 de Junio, Gregorio Sánchez, que compartía cartel con Murillo y con Bienvenida, finalmente tiene que matar solo toda la corrida de Barcial. La crítica es unánime con la gesta del diestro de Toledo y con los toros charros, un auténtico espectáculo que acaba con 7 orejas tras ciento dos lances con el capote y ciento ciencuenta muletazos, y el maestro saliendo a hombros por la Puerta Grande despojado de alamares, caireles y machos.


Tomando un merecido descanso

Con el cambio de las exigencias en el peso, impuesta por algunos personajes con oscuros intereses, comenzó el ocaso de los patasblancas, toros que no soportan un peso y un volumen muy grande sin ser sacados de tipo. Además, los toreros de mayor renombre empiezan a exigir cada vez menos casta y trapío, lo que condena definitivamente a la ganadería, cuyos toros siempre se caracterizaron por ser terriblemente encastados y por su bravura en el caballo. Tampoco ayuda la fama de "terroríficos" que los toros de Don Luciano Cobaleda, primo de Don Arturo, tienen. Y por si fuera poco, los patasblancas de Barcial, tras aumentar en tamaño, tambiém se vuelven más broncos.


Ligeramente bizco 

No será hasta 1977, cuando Barcial vuelva a Madrid, con una novillada que pasa la prueba con buena nota. Pero ya la suerte estaba echada. Los ochenta no son una buena década para la ganadería que lidia apenas en Madrid. 4 toros en el 82, novilladas en el 87 y en el 89, y una de rejones en el 88. Igualmente malos son los noventa, acudiendo muy poco a Madrid y alejándose de las plazas importantes de España.


Atento desde el cerro

Por esto si fuera poco, la invasión por parte del encaste Domecq de las plazas españolas, y la vergonzosa actuación de la Administración Pública en lo referente a las cuestiones sanitarias, así como la marginación de Europa hacia el ganado de lidia, llevan a este encaste a una situación desesperada.


Unos tios con mucha leña


Muchos son los que han tirado la toalla ante la dictadura de los figuras y su monoencaste. Unos directamente han llevado toda su ganadería al matadero, otros se han deshecho de las reses de sus antiguos encastes y han optado por comprar lo de Domecq. Sin embargo en Barcial siguen confiando en poder mantener este increible encaste, que tantas y tantas tardes de gloria ha dado a toreros y ganaderos, y tanto han hecho disfrutar a los aficionados.


Uno de los 54 novillod de Barcial



Mientras que en España se denosta a este tipo de encastes, en Francia se mantiene viva la llama del "Torismo", y como no podía ser de otra forma, los Patasblancas son toros tremendamente apreciados. Es en Francia donde más se valoran las buenas características de este encaste. No deja de ser paradójico que sean los franceses los que nos señalen el camino para proteger la Fiesta y la diversidad de encastes. Es el modelo francés el que deberíamos adoptar, ya que es absolutamente fundamental contar con la opinión de los aficionados, algo que en España no ocurre, y por eso se ha impuesto la dictadura de unos pocos.





Continuando con la historia de la ganadería, a mediados de los 90 otro romántico de estoso toros, Don Victorino Martín, compró a Barcial 83 vacas y un semental, y bajó el nombre de "Monteviejo", viene criando Patasblancas en su finca extremeña.  También compró reses de Urcola, otro encaste en momentos complicados.





Y hasta hoy, que nos encontramos por tierras charras disfrutando de las inmejorables vistas que ofrece el ganado de bravo en las dehesas, donde viven a cuerpode rey, a la espera de volver a recuperar el sitio que merecen en las plazas españolas de primera categoría. Los patasblancas son por derecho propio, unos animales que hay que proteger. Un tesoro genético de la cabaña brava española que no puede ser relegado a tan precaria situación por la dictadura de unos pocos y la estupidez de unos muchos.

 
Midiendo fuerzas







Gracias a dios, parece que entre tantas nubes de tormenta, asoman rayos de esperanza, y la tan ansiada carta verde ya es una realidad, lo que permitirá a la ganadería, lidiar en Francia, donde es sin duda una de las favoritas del aficionado. A esto hay que sumarle la buena acogida en los festejos de rejones que tienen estas reses. Esperamos de corazón que el viento vuelva a soplar a favor de los Patasblancas de Barcial.


Por último, agradecer a mi amigo José Igancio Cascón, por posibilitar esta visita y por su siempre atenta disposición, y al ganadero Don Jesús Cobaleda, por el excelente trato y por el tiempo dedicado. Espero volver pronto.