martes, 13 de mayo de 2014

De la Novillada de Fuente Ymbro

Cuarta tarde de San Isidro y casi tres cuartos de entrada para asistir a la novillada del Lunes. 6 Novillos de la ganadería de Fuente Ymbro para los novilleros Mario Diéguez, Román y José Garrido.

El primero de la tarde fue un novillo, negro listón, de nombre Señorío, y con un peso de 499 kilos. Tenía cuajo y era bastante reservón, complicado el novillo al que Diéguez quiso torear de manera pura, aunque no entendió bien al animal que acabó lanzándolo por los aires, pegando una tremenda voltereta que hizo pensar en lo peor. Por fortuna todo se quedó en un susto y pudo continuar la fanea sin arrugarse. Mató de buena estocada y recibió la ovación del público.


El segudo fue un novillo bastante feo, de nombre Hortelano, negro y con un peso de 456 kilos, que le tocó en suerte a Román. El valenciano venía con ganas y no dudó en ir a por todas con el manso y peligroso animal, que buscó las tablas y ahí se fue Román, poniéndole la muleta constantemente en el hocico, por bajo, tratando de sacar lo que llevaba dentro el novillo. Ttras no acertar con la espada, acabó con descabello y el público pidió la oreja, que finalmente no se le concedió, y dio la vuelta al ruedo con alguna división de opiniones.


El tercer novillo de la tarde le correspondía al pacense José Garrido. Un animal castaño de 469 kilos y de nombre Volante, que tuvo tanta mansedumbre como genio. Un novillo complicado de condición y cuyo peligro se acrecentó aún más por el incómodo viento que se levantó en la plaza. No le acabó de comprender del todo el novillero de Badajoz , y no le dio más espacios al animal, algo que habría agradecido. Finalmente se embrolló con los aceros y acabó matando después de tres descabellos, tras tres pinchazos y una media estocada. Silencio en la plaza.


El cuarto novillo, negro, de 504 kilos y de nombre Mimoso, fue un manso de cuidado, con el que el novillero de Coria del Río se las vio y deseó. Salió como un vendabal y acabó pegando un salto de libro y cayendo en pleno callejón, protagonizando los momentos más angustiosos de la tarde. El resultado fue un operario de la plaza herido, al que llevaron a la enfermería con una visible conmoción y cubierto de sangre, y el ayudante de Garrido con una notable cojera. Después de eso, poco más se pudo ver, salvo alguna serie aceptable de derechazos. Con la espada no mostró la destreza que en su primero y tuvo que descabellar tras dos pinchazos y una media estocada.


El quinto, otro Castaño de Fuente Ymbro, de nombre Rabadán y con un peso de 462 kilos, le correspondió a Román. Un novillo con más movilidad que otra cosa. El valenciano estuvo valiente, exponiendo, aunque sin entender demasiado a su rival y sin sobreponerse a él. Una faena muy de cara al público, con muchos momentos de tensión y de derroche de valor. Finalmente tras una media estocada y descabello, el presidente acabó concediendo una oreja bastante protestada y con razón, puesto que no hubo petición mayoritaria.


El sexto, otro novillo negro de nombre Comisario y un peso de 470 kilos, que se dedicó a trotar por la plaza. Garrido anduvo muy firme y centrado con una nimal que no admitía nada de nada, y aún le sacó una tanda de naturales. Tras una media estocada, mató de estocada y recibió los aplausos de la plaza.

Novillada mansa en general, con algunas complicaciones y que tuvo un punto de picante y emoción. Motivos de preocupación debería tener Gallardo, viendo lo que está saliendo en los últimos tiempos.















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